Como hoy hice un bizcocho de chocolate, os voy a contar alguna cosilla del chocolate que se puede encontar en Italia. Primera cosa: olvidaos de la Nutella, de los Bacci Perugina y de los Ferrero Rocher.
La ciudad del chocolate por excelencia es Turín donde además de hacer coches, hacen maravillosos chocolates. En la capital del Piamonte se celebra todos los años una fiesta del chocolate, Cioccolatò, que hasta el pasado año era en marzo pero ahora ha pasado al mes de noviembre.
Si vais a Turín no dejeis de probar el Bicerín, una bebida caliente a base de café, cacao y crema de leche. ¡Deliciosa! En cuanto a bombones, hay de todo: cortados, pralinas, tartufos, pero la especialidad es el gianduiotto, un bombón con crema de avellana del Piemonte.
Venchi es una de las marcas más antiguas ya que se fundó en 1878. Desde hace unos años también hacen helados artesanos con diversos gustos de chocolate y han abierto heladerías en varias ciudades italians y extranjeras. En plena plaza Castello está el famosísimo café Baratti & Milano donde merece entrar a echar un ojo aunque solo sea para ver el magnífico local recientemente restaurado. Los que saben de chocolate dicen que el mejor es el de Guido Gobino, en via Giuseppe Luigi Lagrange, a dos pasos de plaza San Carlo. El único problema es elegir el chocolate porque allí se pierde el gusto: hay de todo y cada uno es mejor que el otro. Os recomiendo una bolsita con una selección de las distintas variedades: gianduioti, cremini (cortados), ganaches y cialdine de diversos gustos. Cuesta un poco pero merece la pena.
Mi dulce de hoy es además vegano, es decir que está hecho sin huevo y sin leche porque venía a comer Matteo que como no come nada que sea de origen animal en su dieta están descartados los huevos, la leche y hasta la miel. Siempre fue un problema hacer un postre para él hasta que encontré esta receta que luego yo cambié un poco. Es muy fácil y se basa en la del famoso bizcocho del yogurt.
Ingredientes: un vaso de yogur de soja (el mio era de 400 gr.), el mismo vaso de azúcar, dos vasos de harina, medio vaso de cacao amargo, medio vaso de maizena, medio vaso de leche de soja, medio vaso de aceite, un sobre de levadura y pepitas de chocolate. Para el molde: margarina vegetal y un poco de harina.
En un bol mezclamos con la batidora todos los ingrediente menos las pepitas de chocolate que luego añadimos tras haberlas pasado por un poco de harina para que no se vayan al fondo. Untamos el molde con margarina y harina y vertimos la mezcla en el. Lo metemos en el horno a 180º durante 35/40 minutos. Estará bien cocido cuando pinchándo con una aguja de calcetar, esta salga limpia. Lo desmoldamos y lo dejamos enfriar. Cuando está frío lo podemos decor con azúzar en polvo. También lo podemos abrir por la mitad y untarlo con una capa de crema de chocolate (¡sin leche!)
Es muy fácil y os garantizo que queda jugoso y es muy rico. Y seguramente tiene menos calorías que un bizcocho normal...!
¡Ah! La fotos son de la fotógrafa de la familia: Laura.
Esta receta es SENSACIONAL y nada complicada. Gracias. Sigue así.
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